Evitando la involución

En relación a la actividad realizada en clase el lunes 22 de octubre: interacción dentro del aula

No avanzar implica involucionar



Hoy se ha escuchado por la clase el tema de la importancia del profesor en las influencias que tienen los alumnos. Es un juego muy arriesgado. Hay que saber que muchas de las actividades e impresiones que damos a los alumnos pueden llegar a conformar actitudes que podrían ser determinantes en el futuro de los chicos.

Yo creía que actualmente la concepción de la escuela por parte de los alumnos es como un sitio de paso obligatorio en el que adquieren ciertos conocimientos que tienen que salvar bien para seguir estudiando o bien para terminarlos y poder encarrilar su vida por otros ámbitos fuera del académico. En realidad puede que la concepción de la escuela por parte de los chicos sea así, lo que más me ha sorprendido es la influencia que puede tener un profesor en todo el desarrollo que sufren sus alumnos. 

El análisis de una buena o mala práctica docente es muy fácil de descifrar. Cada profesor sabe, al salir de clase si ha sido buena o no, si los alumnos le han entendido o no, si se ha explicado bien o no y si sabe transmitir o no... otra cosa son las causas del resultado. Pero al margen del por qué ha podido ocurrir, una persona sabe si se ha expresado o solamente ha soltado palabras. Por tanto, todo profesor sabe si debería hacer una reflexión sobre su carrera o si debería mantenerse cómo está.

La realidad es que todo se puede resumir en conseguir un buen ambiente en el aula. Todos los temas se resuelven de una forma mucho más calmada y eficiente si fuéramos capaces de hablar las cosas entre nosotros, para lo que hay que tener confianza y seguridad.

Con el dominio de la comunicación en la mano se pueden resolver todas las contingencias que puedan ocurrir: la falta de atención (motivación al alumno), la incomprensión (valor para pedir que lo repitan), castigos (consensuar las represalias), evaluación (adquisición de conocimientos)...

La verdad es que, después de todas estas clases, mi cabeza cada vez masca más la idea previamente mencionada de que lo más importante es un buen rollo entre todos, por lo tanto, los pasos a seguir para una buena práctica docente podría resumirlos en los siguientes:

1. Conocerse unos a otros (profesores y alumnos, alumnos y alumnos, profesores y profesores...)
2. Conocer las debilidades/carencias de cada persona, saber dónde flaquea para tratar esos temas adecuadamente.
3. Identificar y explicar a los alumnos los objetivos de cada actividad o de cada temario y poner en valor lo que pueden extraer de las materias que van a impartir.
4. Elaborar un discurso acorde a la época en la que te encuentras, una clase no se puede dar igual en el 2010 que en 2020 aunque el temario sea el mismo.
5. Encontrar el difícil equilibrio entre el estilo autocrático, el democrático y el laissez-faire para que la clase discurra con libertad pero con el nivel estricto requerido.
6. Dar una clase dinámica, con diálogo entre chicos y profesores.

Según escribía todo esto se me pasaba por la cabeza una visión en la que veo más la clase como un intercambio de ideas que como una másterclass y he relacionado esto con un ensayo en el teatro. ¿Se podrían usar actividades del drama como método de enseñanza? parece ser que sí.
 
Este video que he encontrado es más orientativo para explicarnos los beneficios de los niños aunque algunos de ellos también pueden ser utilizados para adultos. De todas formas anuncia uno que es importante que ayuda a la relación entre personas:
 
 
¡En definitiva, consigamos comunicarnos!





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